2do. Día/Noche
- Paula Vanessa Pastrana Cubillos
- 18 sept 2017
- 3 Min. de lectura
"En medio del dolor me pregunto: ¿Vale la pena seguir con este sueño?, miro por la ventana, cierro los ojos y automáticamente se proyecta en mi mente uno de mis mejores partidos, el escudo de uniautónoma en mi pecho, el balón en los pies, últimos 2 minutos, la adrenalina al 100, la mirada de confianza y ansia de "Checho" (el dt), el ahogo y cansancio en mi cuerpo, la mitad de la cancha y sin pensarlo, pateo ese balón con todas las ganas y fuerzas que me quedan, un parpadeo y gol, el gol del empate, el gol de victoria, el momento más feliz y mis compañeras encima gritando de la felicidad. ¿Acaso puede ser más perfecto? NO, me niego a renunciar, me niego a dejar de soñar, me niego a dejar de ser quien soy, me niego a odiar este dolor, porque esto me hace amar más lo que hago, me hace más fuerte y me hará superarme, no solo para volver, sino para reinventarme"

6 p.m del día anterior y el dolor era como si tuviera aliens adentro de mi rodilla removiéndome todo. ¿Qué les hice?, ¿Será que el poco de pastillerío que tomo los alimenta?, ¿Me estaré volviendo loca?! Apago todo y logro dormir 5 horas pero el dolor gana una vez más y me despierta. Con mucha rabia e impotencia, intento no hacer mucho ruido para no despertar a mi madre pero finalmente me hes imposible aguantar el llanto y ella, asustada y medio zombie, se levanta, prende la luz e intenta calmarme.
Al verme así, en tan mal estado, decidimos adelantar la hora de la pastilla del dolor, de 8 a 4 horas, poniendo la alarma en el celular, para levantarnos y no dejar que el dolor llegue primero. Y así fue, cada 4 horas nos levantábamos como robots a tomarme la pastilla e intentar volver a dormir. Lo siguiente que voy a contar, es algo en lo que pensé MUCHO, no sabía si compartirlo o no, es algo que por favor no intenten en casa, es perjudicial para la salud, osea NO. Mi hermosa madre, si, HERMOSA, tuvo la genial idea de comprarme unos pañales, no se si había un mensaje subliminal de "no te voy a llevar al baño más" o "eres mi bebe", o "déjame dormir", o "no jodas, ¿en serio?!". Y en esta noche, no se como hizo pero me convenció. Yo, frente al espejo, con mis muletas, un super pañal que no me tapaba la cara solo porque soy cabezona y mi mamá medio dormida intentando hacerme creer que era normal y "no pasaba nada". La mejor experiencia de mi vida. Volví a la cama y si, dormí con mi super pañal, pero no, no pude usarlo, me bloqueé y le salió el tiro por la culata a mi mamá (lo que sea que signifique), porque le tocó volverse a levantar y llevarme al baño. No se si fue el dolor, el pañal o el estrés pero cada vez que me despertaba parecía que nadara en una piscina del sudor o yo que sé, mientras mi mamá moría de frío.

A parte del pastillerío que debía tomar, tenían que aplicarme una inyección anticoagulante diaria de la que hice referencia el día de ayer, que parecía una vacuna; pero no encontramos quién me la aplicara y debía ser a primera hora, así que como siempre salió ¡MAMÁ AL RESCATE!, me la aplicó y ¡pa' que, tiene buena mano!
Al transcurrir el día, intento una vez más, empezar a contraer el cuádricep y alzar un poco la pierna, pero el dolor se activa y toca abortar una vez más, mientras mi madre me regaña disimuladamente y me hace sentir como una bebe que apenas está aprendiendo a gatear.
¡Sé que lo está disfrutando, pues para ella, siempre seré su bebé, a parte de la mejor futbolista del mundo!
"No retrocedo, vuelvo con más fuerza"
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