4to. Día

"Como una masa sin forma, levitando en la oscuridad, buscando su aroma, buscando su piel..."

2:45 a.m y el dolor vuelve a levantarme, no se si tenga algo que ver con la hora de los muertos y tenga a uno acuchillándome la pierna, lleno de odio o yo que se y aunque pierda el tiempo, comienzo a inventarle la madre a Juan, Juan el fantasma acuchillador. Me levanto al baño y despierto a mi mamá sin querer pero con las mismas se vuelve a dormir, creo que ya cogió confianza. Luego me acuesto e intento distraerme hasta dormir. Una vez más la rutina de la mañana, mi mamá. su trabajo, mi amada vacuna, el pastillerio, un beso y chao. Comenzamos la rutina de ejercicios, la hora del martirio, se me acelera el corazón de solo pensar en el dolor que está por venir, pero con los ojos cerrados y las nalgas apretadas, empezamos. Para mi sorpresa el dolor no es tan fuerte y comienzo a sentirme fuerte otra vez, imponente, la mejor de las mejores, "LA ROCA PASTRANA", como me dijeron alguna vez. Termino, pongo una almohada en el pie, me coloco hielo en la rodilla y comenzamos a estirar la pierna aún más, el dolor aquí si es más fuerte pero ya más tolerable. Realizo esto por tiempos, lo que más aguante, descanso y prosigo, mientras veo mi amada serie. Con la supervisión de un adulto, (la señora que me está cuidando), organizo todo y me baño, logro hacerlo de pie y con la puerta cerrada, sintiéndome más feliz aún, aunque no por mucho, ya que me daba miedo que al mojarme el pelo me diera mareo o algo y preferí sentarme. Pero solo por 10 segundos, así que no vale.

Cuando llega mi madre a almorzar, con unas rosas muy hermosas para mí, me da la noticia de que viaja mañana en la tarde y yo solo sonrío pero en mi cabeza digo.. ¿enserio?, ¿ya?, pues no, no quiero y ya. No es justo, ya me estaba acostumbrando a que me malcriara otra vez pero esta bien, tengo que madurar. Vuelvo y hago la rutina de ejercicios, hielo, intento caminar un poco con mis super muletas y apreciar una vez más el hermoso paisaje que tengo en mi super ventana. Mi mamá y sus "momentos memorables", momentos que ella organiza para que sean mágicos e inolvidables y si, así fue. Llegó con una torta de tres leches, una velita y la excusa de hacer una despedida por su partida de mañana. Insistió mucho, ya que al ser una persona completamente fit, no suelo comer nada que esté fuera de mi dieta pero bueno, era una ocasión especial y tenía que darle gusto, así que me comí solo una cucharada y les dí lo demás. Después le dio por hacerme una repolarización en el cabello para "pasarme su energía" y fui feliz, me hace devolver a aquel tiempo en el que era su bebe, me calentaba agua, me bañaba y me peinaba. Los mejores recuerdos. "No retrocedo, vuelvo más fuerte"

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