16vo. Día. Hoy.
- Paula Vanessa Pastrana Cubillos
- 2 oct 2017
- 3 Min. de lectura
“¿Intuición o corazón?”

2:30 a.m y vuelve a jugar, unos locos casi qué tumbando la bendita puerta de la calle, tocando esa vaina como si no hubiera nadie más acá, con el corazón a mil del susto y rabia, me levanto a inventarles la madre y darles muletazos pero la ridiculísima me frena, y me manda a dormir. Se salvaron. 10:40 a.m y nuestra compañera enchuquizada azotando todo como loca, la habrá poseído el amigo de juan el fantasma acuchillador, llamado el azotador o algo así y aunque estaba que la mataba, ya no podía hacer nada porque me había espantado el sueño. Me levanté, revise el cel, Jose me había estado llamando y escribiendo para que fuera a terapia antes de 10 porque mañana jugaban los hombres e iba a estar ocupado, pero aja, no sentí el cel y pailas. Prosegio, desayune tarde, me puse a escribir el blog de ayer, me demore como 123456789 horas, no lograba concentrarme, almorcé y sin querer hacer nada, recordé que tenía casi toda mi ropa sucia, como nunca la había dejado acumular, pues ya no tenemos lavadero y yo con mis muletas… difícil. Pues sí, nos la craneamos y comenzamos con el cuadro patético, yo sentada en un butaquito de tela re inestable en la ducha, con el poco de ropa alrededor dividida por colores, más sentada en una nalga que en la otra, con la pierna biónica medio doblada, en panties y camisa, la puerta abierta y empezamos a lavar, lleno el tibungo (tarro) de agua, hecho el jabón azul literal, comienzo a meter prenda por prenda para estregar y comenzar a dejar a un lado, termino, los aliens y Juan cambian mi pierna biónica por mi espalda, más el dolor en la nalga y pierna, el cuadro perfecto. Juago el tibungo y comienzo a juagar prenda por prenda, lleno el tarro de agua con soflan y mamada, tiro la ropa en esa caga’, y empiezo a sacarla, escurrirla y tirarla en la tapa del doroino, era lo más cerca que tenía, apenas para mi super puntería, joda, ese tibungo parecía esos gorros de magos, que sacan y sacan, y SACAN vainas, no veía la hora en acabar. Ah y me quedaron las medias blancas, lo sé madre, estas orgullosa. Te amo mami. Terminé y la ridiculísima muy amable, y muy querida, me ayudo o bueno, me llevó la ropa a un cuartico y me la colgó, mientras empezaba mi odisea de baño con lavada de pelo y depilada, el combo perfecto. Me vestí, salí, me dieron ganas de orinar y me tocó volver a entrar, pero justamente, con esta super sal que mantengo, una SUPER cucaracha me saluda de lo lejos con sus antenitas, que tierna, estaba que la besaba, tanto que salí a toda mierda y en esas una muleta se me resbaló y asenté la pierna biónica, si, fue HORRIBLE. Quede pasmada en la pared y comencé a imaginar los ligamentos, menisco, cartílago, hueso y todo lo existente en mi super rodilla, estirándose, golpeándose y rompiéndose por completo entre sí, y bueno, aquí fue, chao rodilla biónica Mentira, me ayudó a sentar ya saben quién, le pedí que me masajeara duro las heridas de la rodilla para ver si sentía algo raro y bueno, una vez más, sacó todo el odio hacia mí pero no, el dolor fue normal. Me puse a intentar doblar la pierna biónica, sufrí, lloré, seguí, volví a sufrir, llorar y seguir, y así por un buen rato, mientras me ponía una vainita azul para golpes. Con el dolor al 100, decidí terminar, ponerme hielo y acostarme. Al rato me regalaron unas papitas de limón y fui feliz. Me tomé el pastillerío, cepillé, acosté y bueno, aquí me encuentro terminando la entrada de hoy. Jose te extrañé y al parecer mañana tampoco tendré terapia, igual ni quería.
¡Buena noche!

“No retrocedo vuelvo más fuerte”
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