17vo. Día. Ayer.
- Paula Vanessa Pastrana Cubillos
- 3 oct 2017
- 4 Min. de lectura
“El azul de tus ojos, luna llena de recuerdo y el universo en tí” El camino de la vida.

Una noche horrible, con unos truenos tipo fin del mundo y yo sin mi mami, bum, bum, BUM, como si el techo se fuera a caer, al estilo Destino Final. ¡Mi noche feliz! 7:00 a.m y con el ojo medio abierto, veo a la ridiculísima levantándose medio zombie, ruego porque mi despertador no suene aún e intento volver a dormir, pero no, tarde, el sueño ya se había ido, así que me levanté, la odisea del baño aquel, desayuné y salí-salimos porque el entreno lo cancelan. El fan taxista, la super dirección y llegamos. Querido Jose, corriente mal-bendita, mis músculos totalmente contraídos por esa vaina y al mismo tiempo con una banda, suba y sostenga una pierna, y después a otra, luego de rogarle y ser intensa, me hace el masaje, veo el diablo, querido Jose y empezamos maquinas, joda, la mejor sensación del mundo, aunque se supone que ya debía tener más grados de flexión de la pierna biónica para hacer máquinas, Jose me retó y Ja, ¿Qué cómo?, ¡ya mismo! Empezamos con aductores, suave y siguió: “Si doblaras la pierna, harías esa”, mientras señalaba una en la que uno se sienta y con peso, dobla y extiende las piernas, y una vez más, se descuidó y me monte en esa vaina, no podía hacerlo bien, pero tenía que intentarlo por lo menos, Jose solo me miraba, se reía y me decía que siguiera soñando, pero no, no me bajé, así que le tocó acomodarme no se ni como esa vaina, ponerle muy poco peso y ¡hágale mamita! Las piernas me temblaban, era impresionante, pero no me importaba, fui feliz, mis super músculos estaban volviendo, de a poquito pero ahí están, no me abandonan del todo. Terminé las 123456457 series de 215436 repeticiones (ojalá) y seguimos con abdominales, un super balón y debía apoyar una pierna doblada y hacer una L con la otra, sentía que la pierna biónica se me iba a partir o alguna vaina así, el mismo cuadro de todo el mundo ensangrentado y mis articulaciones volando por todo el lugar. Finalmente terminé llorando, una cuerda o no sé cómo se le llame, estire la pierna y con la misma cuerda, dóblela y tráigala al pecho. Suave, ¿no?, mientras Jose pasaba y seguía diciendo: “Mejor que sea tu dolor y no el que yo te provoque cuando me toque hacerlo a mí”, ¿así o más motivada? Jose, te quiero. Fin, me echa, no quiero, vuelve y me echa, vuelvo y no quiero. Fan taxi y pal’ palacín, llegamos, las peladas se van a mercar y mientras unas compañeras del equipo nos hacen visita mientras llega la hora del entreno, me aprendo todos los diálogos de todas las novelas existentes y literalmente me muero en la cama, hasta soñé con Juanita no sé que, si, la novela esa. Gracias por el drama novelero Yolita, te quiero. Me levantan antes de irse, me pongo a trabajar la flexión, grito, lloro y pataleo, llegan las peladas de entreno y yo todavía en las mismas, tenía que lograr algo, finalmente decido terminar y no forzar más la pierna. En la mañana me había comentado la chiquitica brava que quería tatuarse, ya tenía el lugar y hora, que en la tarde iría y bueno, yo tenía un tatuaje pendiente al igual que la ridícula y bueno, quedamos que en la tarde, cuando llegaran, iríamos de una. Obviamente primero iba a ver el trabajo del man y la energía que percibiera de él, así que empezó la fiera con su corona romántica de 1234324 horas y después seguía la ridícula, pero al amiguito tatuador no le gustaba el tatuaje que ELLA quería, así que no quiso tatuarlo porque “No se iba a ver chimba”. Imagínense la cara de una chinita brava, ¿dónde coño quedan los ojos?, si, fue lo mejor. Después le mostré mi diseño, el tatuaje es sobre un familiar que hace poco murió y fue como mi abuelo, así que tenía ser único, como él. Lo imprimió y comenzamos, muchos sentimientos encontrados mientras me lo hacían, miles de recuerdos hermosos se me venían a la mente y las lágrimas no dejaban de salir, fue perfecto. Finalmente la ridícula se decidió en meterle acuarela a un tatuaje que ya tenía y listo, ahora la odisea de bajar las super escaleras que no se ni como había subido y buscar un taxi a esa hora y lloviendo. No se demoraron menos mal, yo me quedé en las escaleras esperando a que trajeran el taxi, rogando que no apareciera ninguna cucaracha o algo y listo, taxi, frio, dirección y welcome to palacín.

Hoy cumplía años espejo y todas nos habíamos enredado para comprarle una torta, cuando llegamos, las otras dos compañeras venían llegando también con una torta que había mandado el representante de ella para festejarle, fotico, la mejor foto fue conmigo, tortica y listo. Pues no, el hambre era impresionante y la Super chef salió al rescate con un super puré con huevo perico, lo más rico que me he comido. Me organicé para dormir, pensé en el blog pero era casi la 1:00 a.m y el sueño no me dejaba así que bueno, aquí está. “No retrocedo, vuelvo más fuerte”
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