19vo. Día. (No se si se dice así)
- Paula Vanessa Pastrana Cubillos
- 5 oct 2017
- 4 Min. de lectura
“Cada día trae su propio afán y cada día es una ganancia” Los consejos de mi madre.

No sé la hora, solo sé que era temprano, se las debo, pero me empezaron a levantar los dolores, aductor, rodilla, aductor, rodilla y seguían peleando por el que me hiciera sufrir más. Fue un empate y espero que esta noche no les dé por jugarse el desempate. 10:00 a.m y Espejo, esperando el chance del taxi, nos despierta y dice qué si vamos a ir a terapia, pues era a las 11:00 a.m y osea, obvio, mi pierna biónica ya quiere caminar y me mata donde me pierda una terapia. Muy zombie y con muuuuucho sueño, me levanto, después de la ridiculísima sale, hago mi odisea del baño, salgo, me termino de arreglar, reviso que estén unas bandas negras que le compré a Jose de cumpleaños, navidad, día del padre, día del mosco, día de la mosca y todas las festividades existentes. Lo sé, el mejor regalo que recibirá en su vida. Salimos, fan taxista, super dirección y llegamos 2 minutos tarde, pero no, Jose no estaba, así que nos sentamos en un mueble que tiene afuera y empieza la espera, mientras tengo una conversación muy interesante sobre moscas masajeadoras con la ridiculísima, de las mejores que he tenido. Al rato Jose llama y avisa que sigue enredado con el entreno del equipo masculino profesional, así que nos pasa la hora de la terapia para las 2:30 p.m. El mejor momento de mi vida, madrugué (un poquito), hubiera podido dormir más, perdí 10 barras en taxis y no sé cuánto tiempo ahí sentada, pero bueno, creo que es karma. Nos devolvimos al palacín, intenté dormir, me puse a mirar zapatos porque un señor muy buena gente y con una calva muy hermosa, que amo mucho, me quería regalar unos y bueno, como siempre, cuando menos pienso, el sale con sus super detalles y aunque no sea de mi sangre, lo amo como un integrante más de mi super familia. ¡Gracias Marceliño querido! 1:50 p.m aproximadamente y me bajan el almuerzo, como, sigo escuchando música, casi que me quedo dormida pero no, ya era tarde, así que me cepillé, volví a organizarme y pa’ la terapia. Llegamos, me puso corriente para el dolor, comencé a decirle que no quería que me doliera más, que me dopara y según él, para hacerme sentir mejor, me contó que venía un señor y le debía aplicar unas inyecciones en la planta del pie, que eso si era dolor y bueno, como soy tan yo, comencé a decirle muchas veces que quería ver, un poco intensa pero él me quiere, en el fondo pero sé que sí y bueno, cuando llegó el señor, muy disimuladamente corrió el divisor de espacios y pude ver. Que cosa tan horrible, literalmente le chuzó toda la planta del pie y el señor, como todo un macho alfa, ni un grito pego, mientras Jose solo se reía y me picaba el ojo, el peor. Joda, hubiera sido yo y mis gritos se hubieran escuchado hasta Barranquilla, si con solo la corriente ya estoy gritando a todo pulmón… Mentira, soy fuertototota, solo es para no humillarlos. Seguimos con un masaje, ejercicios para seguir trabajando la flexión y volvemos a las máquinas. 1243253 series de 1245645 repeticiones, multiplicado por 2. Hola Paula la matemática. Hice 4 máquinas y después pase a la bici, no se imaginan como me temblaban las piernas, pero bueno, ya se ve el músculo y con eso soy feliz. Jose seguía insistiendo en que me exigiera y ¿WHAT?, ¿acaso no ve la lagrima en mi ojo a punto de salir? ¡Eche y que ni crea que voy a llorar! Seguimos con los peores, los ejercicios que me hicieron ver el diablo, había un jugador haciendo fortalecimiento que no se si era que le gustaba mi rodilla, mi llanto o mi completa perfección, porque no dejaba de mirarme y pues no, que ni se ilusione. El peor era uno en el que boca abajo, con un balón gigante en mis pies, debía empujarme lo más que pudiera a la pared, empujando el balón y flexionando las piernas. Sí fue horrible. Finalmente, después de haber sido la primera en llegar y ahora la última en irme, Jose me hace un super masaje, que igualmente me hace ver el diablo y revisamos la flexión. Joda, valió la pena 4 horas de terapia y sufrimiento, 1 centímetro más de flexión ganada. Lo sé, soy la mejor.

Me despido, me robo otro banano, Jose me cachonea con una mona, así que decido irme, muy dignamente, cogemos otro taxi fan y pal’ palacín. Llegamos y mamada me tiro a la cama, parecía que tuviera el corazón en la rodilla, me palpitaba, estaba segura que se me iba a explotar, hoy era el día real, pero no, igual ni quería. Baja la fiera y comenzamos a hablar mierda como siempre, mi madre me llama y soy feliz, hablo con ella y marceliño como 12342356 horas, me reportó con la patrona, como y quedo con hambre, me pongo hielo y comienzo a escribir esta entrada. Mami te extraño, marcelo te extraño y manchas, mi cabeshon, no sabes cuánto te extraño, a veces inconscientemente, paso la mano por mi lado para acariciarte, como si estuvieras ahí, boca abajo y re mal acomodado, así como tú sabes dormir, con tus patitas encima de mí, roncando, soñando y haciéndome feliz, espero verte pronto. “No retrocedo, vuelvo más fuerte”
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