22vo. Día
- Paula Vanessa Pastrana Cubillos
- 7 oct 2017
- 4 Min. de lectura
“Llegamos, saqué mi uniforme, mis medias y mis guayos, me los puse, me hice mi trenza y lista pa’ seguir soñando..”

11 a.m, abro el ojo y ¡uhhhhhh! Que sensación tan horrible, hoy era el partido más importante, Alianza Petrolera vs Botín de oro (Bucaramanga) y yo con esta pierna biónica, y juro que si fuera por mí jugaría, me vendo esta vaina y pa’ entro, ¡”#”%$&$ vida, no puede ser, pa’ remate reviso el chat del grupo y bueno, ya tengo remplazo, convocaron a una que no la volteaban a mirar pero aja, la nómina está corta y ¡”#$#%&$/ Paula no sirve, no sirvo pa’ un ¡#$”%#”& y sé que soy una niña, super egoísta y ella no tiene la culpa, también juega bien, es buena, pero es frustrante, no estoy acostumbrada esto, siempre soy convocada, siempre soy titular y no poder serlo por algo ajeno a mí, algo que no puedo manejar y saber que esta no es la última vez, que vendrán más partidos y más días de sentimientos encontrados, días de querer mandar todo a la ¡”#%#&#$ y días de valorar cada segundo que pasé con mis guayos puestos. En fin, prosigo, hable con las peladas un ratico, mi madre me llamó, me comentó la mejor decisión que pudo haber tomado en la vida, aparte de mí, obvio, algo que yo estaba esperando que ella hiciera hace mucho y que sé que será lo mejor, la amo. Mami te amo. Hablé con Jose, me dijo que me esperaba a la 1:20 p.m pa’ doparme por fin, me iba a inyectar para desinflamar y quitar el dolor, me iba a negrear con la terapia, pero no, como soy tan intensa, terminó diciéndome que entonces me esperaba en el estadio y mientras ellas jugaban, me ponía a hacer los ejercicios. Me bañé, volví a hablar con mi mamá, me cambié, me estrené la camisa naranja del uniforme de juego, que nunca nos dejaron poner mientras yo podía jugar y bueno, así sea fuera de la cancha, iba de titular, la porrista oficial. Le dí mi camisa amarilla, la oficial de juego a la fiera, pues varias me habían prometido dedicarme un gol y buen, salimos con la fiera lista pa’ golear, nos montamos a un taxi fan y pal’ estadio. Llegamos, saludé, todas se enamoraron de mi pierna biónica, los profes con sus chistes rancios, la charla técnica, las ansias de verme en la alineación del tablero, yo a punto de explotar en llanto y Jose haciéndome señas para inyectarme, y empezar a trabajar, paran la charla técnica, me ven desfilar, Jose me asusta diciéndome que la inyección dolerá mucho, no dolió, ridículo, me hace masaje, veo el diablo y sin poder gritar, y comenzamos a sudar con los ejercicios, me quedo en top, muestro mi super chocolatina, salen a calentar, los profes siguen con sus chistes rancios, me piden que me cambie, pues no, no quiero jugar y ya, me ruegan, se me arrodillan y sigo firme en mi decisión, mentira, exagero un poquitín con lo anterior y listo, salimos a seguir con los ejercicios fuera de cancha, mientras veo el partido. Si, imagínense el cuadro patético, yo con mi camiseta, apretando nalga de tanta comedera de gol, haciendo mis ejercicios, todo el mundo enamorado de mi rodilla biónica y esas!”#$”#%&$ ansias de entrar a jugar, mientras me voy dando cuenta de todos los errores que tengo dentro de la cancha, en cada movimiento de mis compañeras analizaba que hubiera hecho yo, como y porque, y sí, tengo mucho que mejorar, porque cuando vuelva nada será igual, mejoraré hasta el más mínimo error y tengo que ser la mejor, tengo que ser Super Paula. Jose creo que bajó como 13423564 kilos con tanto vaya y venga dándome vuelta y estando pendiente del partido. Al final, seguí practicando la flexión y no me dio, mis piernas estaban muertas, además del estrés y la tristeza que tenía, que sé que influyó mucho, no pude más, así que Jose me dijo que ya, que descansara y que esperara a que hiciera efecto lo que me había aplicado. Me paré, me peiné, los fans no podían verme así y me senté junto con los del cuerpo médico de emergencia, o como se le llame y Jose, que es el mejor, se sentó a mi lado e intento hacerme olvidar de la frustración y todo lo que estaba sintiendo, con sus chistes malos y su análisis del partido. Ganamos 2-1, buen partido pero se pudo dar más, ahora queda el otro fin de semana que jueguen de visitante y vuelvan a ganar, para poner seguir vivas en el torneo.

Entramos al camerino, hicieron la oración, Jose me dijo que me llevara pa’ la casa un super balón y un cono para hacer ejercicio porque se iba a de viaje y nos volvíamos a ver el martes, así que los sacamos, se fue, sé que me extrañará, salieron las peladas, cogimos el taxi fan y pal’ palaceins. Llegamos, me puse a escribir el blog, casi que no me concentro, me trajeron pizza, comimos, salieron me dejaron sola, terminé el blog y fin. Por lo menos fue un día diferente y volví a sentir esa adrenalina en el cuerpo, la belleza del fútbol.
“No retrocedo, vuelvo más fuerte”
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