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30vo. Día. ¡FELIZ MES AMOR BIÓNICO!

  • Foto del escritor: Paula Vanessa Pastrana Cubillos
    Paula Vanessa Pastrana Cubillos
  • 16 oct 2017
  • 3 Min. de lectura

“Feliz mes querida rodilla biónica, soy feliz, me has enseñado mucho, he aprendido mucho de mí, me he conocido más y hasta podría decir que he cambiado la forma de ver el mundo y verme en él, joda, parece una carta de amor, mi amor biónico”

11:00 a.m y como cosa rara, la fiera en nuestro cuarto, hablando #$%#& y a todo el pulmón, si supiera cuanto la amo y en realidad sí, pero hoy no tenía ese sentimiento de amor, además que se pone a hablar con la ridiculísima y osea, tenía que levantarme a escuchar el chisme, eche, porque no esperan a más tarde para contar los chismes, déjenme dormir tranquila, erda. Las amo. Me levanté, hablamos #$”%&$ un rato, cogí el computador disque para hacer el blog y cuallll, me acordé que había descargado una prueba de dos días para jugar los sims4 y aja, olvídense de mí, amo ese juego, así que me pegué al computador casi toda la tarde, las señoritas estas embobadas con el juego y bueh, después logré volver en mí, madurar y caer en cuenta que mi día de descanso había sido ayer y hoy debía retomar mis ejercicios para hacer de mi pierna biónica más sexy; necesitaba la ayuda de una persona fuerte, grande y hermosa pero aja, lo único que tenía era a la ridiculísima así que bueh, tocó pedirle ayuda a ella. Hicimos los ejercicios de resistencia, sudamos como locas, mientras la chiquitica más brava de todas solo preguntaba: “¿ya está llorando?”, eche, solo me vio llorar unas 214546 veces, a puej, otra ridícula. Terminamos y comienzo mi otra odisea, hoy tocaba lavar, tenía hasta la ropa que no tengo sucia, joda, ni modo de hacerme loca, ni una pantaleta limpia, ¡uy no, nada que ver! Mentira, obvio eso si no puede faltar. Un tibungo a punto de reventar de toda la ropa que tenía adentro, mis muletas y mi pierna biónica empujándolo al baño, después volver por el soflán y menos mal el jabón azul ya lo mantienen en la ducha, piensan mucho en mí. El butaco en la ducha, yo biringa (dícese de una persona desnuda), la ropa en el piso, el tibungo con agua y jabón, y comience a meter la ropa, sacarla, estregar y tirar a un lado hasta terminar con todas las prendas, todo iba bien hasta que llegó la hora de la lavada de mi super cobija, una cobija que mide como 132456457 metros, o así lo veía en ese momento, era yo en la cobija, no la cobija en mis manos, me mamé y tiré esa vaina en el tibungo con agua y jabón, la dejé un rato, la tiré con las demás prendas y seguimos con la juagada, todo facíl, juagar, meter en agua con soflán, escurrir y tirar la ropa en la tapa del inodoro para después sacarla a secar, pero bueh, metí la cobija y se tragó todo el soflán, joda, menos mal la metí de último, y creo que hice más ejercicio escurriéndola que en la terapia, ¡qué cosa tan horrible!, como dice mi madre. Te extraño madre y ya sé que estarás pensando, “uno se mata para que los hijos de uno no coman #$%&/ y tú por allá pasando trabajos...” no te preocupes, no es tan mal, me rio todo el tiempo, más de lo que me pasa, pero bueno, hay felicidad y de todo se aprende, ¿no?, solo me rio imaginando tu cara, te amo madre. Después me bañé, la ridiculísima me ayudó a extender la ropa, casi me caigo cuando lavaba y cuando salí también, no sé que querrá Juan el fantasma acuchillador y pues no, no me caí, ridículo. Salí, seguimos hablando #$%&%$# las tres y listo, comimos y lista pa’ dormir.

Y pensar que todo comenzó por un pasaje directo al infierno, directo a la realidad, 3 lesiones, pa' cirugía y ¿es real?, ¿esto es real?..

“No retrocedo, vuelvo más fuerte”

 
 
 

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