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57vo. Día

  • Foto del escritor: Paula Vanessa Pastrana Cubillos
    Paula Vanessa Pastrana Cubillos
  • 11 nov 2017
  • 4 Min. de lectura

"Con la cabeza en los pies…"

10:00 p.m y volvemos, bañito, cambiata y pa’ abajo, desayuné un super sándwich y nestik con banano, Jose me hizo el respectivo masaje y la respectiva doblada, ví el diablo, cada vez lo hace más fuerte, aveces aguanto un poquito, otras veces nada, pero él sigue, entre más llore, más duro me hace el desgraciado. Me cambió la rutina, me hizo ver el diablo y si les explico que me puso a hacer, creo que los enredo más, entonces solo piensen en que ví el diablo como cosa rara, que soy la mejor y ya. Ah y me puso a hacer una máquina de sentadillas con peso, esa que uno se pone la barra con peso en los hombros y comienza a bajar, y a subir, pues si, casi me muero del miedo pero no saben lo feliz que fui, hace rato quería hacer ese ejercicio, me siento super Paula again. Terminé, iba arroz con salchicha y atún, Jose se antojó entonces puse a hacer bastante y me subí, no tenía ganas de nada, ni hambre, no fue un bonito día. No hice terapia en la tarde, Jose me puso varias rutinas en la mañana igual y el cuerpo no me daba una vez más, además que estaba con el dramerío al 100 % y necesitaba salir a distraerme, así que cuadre para ir a ver un apartamento que nos había gustado, cogí la money y salí. Se me había olvidado contarles todo lo que sufría cuando me montaba a una moto, ya que como no podía doblar casi la pierna, siempre quedaba en el aire y en curvas o situaciones así, sufría impresionantemente, pero no, hoy pude doblarla más y subirla en la vainita para poner el pie, obviamente me dolía y sufría, pero es un gran avance. Casi no damos con la dirección pero bueno, llegamos y me mostraron o más bien, nos mostraron el apartamento porque el pinche mototaxista se coló, solo le dije que me esperara y cuando menos pensé ya estaba subiendo las escaleras detrás mio. Lo conocí, me pareció bonito y cómodo, pero el pinche dueño como que me vio cara de 15 o no se y me dijo que no solía arrendarle el apartamento a menores, que por la lluvia, blablablá y yo bueh, me largo, igual ni quería, ridículo, pero después como que vio mi cara de, ¿es en serio?, comenzó a decir que igual eramos tres mujeres y que confiaba, blablablá, en fin, quedé en hablar con él, me dio el número, me pidió el mío y aja, no se lo quería dar pero bueh, tocó, se lo dí, siguió hablando #$%&, un apretón de manos con mirada violadora y hasta luego.

Después le dije al mototaxista que me dejará en un supermercado, me dejó y me dijo que anotara su numero y él me ayudaba a buscar un domingo, apartamentos y casas más baratas, y en mejor ubicación, así que bueh, guardé el número, entré al supermercado, compré unas vainas, casi me ernio cargando eso, después fui al supermercado que queda dentro del centro comercial, compre más vainas y me quedé un ratico apreciando un coro de niños que se estaba presentando, pero no, me aburrí, ¿Cómo pueden enseñar a los niños a cantar sin corazón, sin pasión?, ¿Qué sentido tiene?, en fin, que viva Colombia y el mundo, cogí mi super bolsa ecológica y seguí herniándome hasta donde Joselín. Llegué, se burló porque compre un jabón que no era y aja, era igualito al que me había mostrado pero no, Paula tiene que ser adivina, ridículo y en fin, comenzó a decirme otra vez que fueramos donde melissa un ratico y bueh, me bañé, cambié, lo esperé y salimos. Yo era más sueño y cansancio que persona pero aja, ¿Qué me quedaba haciendo? Hablamos, jodimos, Jose pago 40 barras por una carne más pequeña que los ojos de la ridiculísima y créanme, eso es mucho, yo no podía de la risa, terminó, una cucaracha voladora me persiguió y ¿es en serio?, ¿me verán cara de cucaracha reina o que? Erda, imagínenme brincando en un pie y la cucaracha detrás de mí, porque todavía no puedo correr, mientras todos se reían y melissa intentaba matarla, finalmente terminé en la mitad de la calle esperando a que la matarán y aja, la pinche melissa terminó sacándome un asiento a donde estaba, un cuadro hermoso de ver, créanme. Después me entré, la cucaracha no apareció, se largó menos mal, seguimos hablando #$%& y riéndo, melissa cerró la tienda, se baño y terminó yéndose con nosotros al palacín de Jose. Llegamos, nos pusimos a ver disque series y a hablar damier, y como a los 20 min no aguanté y me fui disque a dormir porque había que levantarse a las 6:00 a.m, para ir a un partido en un pueblo cerca al que melissa me había invitado y aja, me terminé acostando a las 4 a.m, imagínense como dormí.

“No retrocedo, vuelvo más fuerte”

 
 
 

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