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60vo. Día

  • Foto del escritor: Paula Vanessa Pastrana Cubillos
    Paula Vanessa Pastrana Cubillos
  • 14 nov 2017
  • 4 Min. de lectura

“Gracias a la vida, que me ha dado tanto, me dio dos luceros, que cuando los abro, perfecto distingo, el negro del blanco y en el alto cielo, su fondo estrellado…” Mercedes Sosa.

11:30 a.m y bueh, una vez más las mil alarmas no funcionaron, sino hubiera sido por una llamada de la dueña de un apartamento que vi por OLX, hubiera seguido quien sabe hasta qué hora y aja, debo dejar la mala costumbre de acostarme tan tarde, erda. Me levanté, bañé, me organicé, cogí el pastillerío y baje con el computador para poner una peli mientras hacía todo, puse a hacer mi almuerzo, ya eran las 12 pasadas y Joselín se iba a almorzar, así que puse a hacer unas papas y pollo, mientras me tomaba en una avena sentada en las caleras y les juro que tenía toda la disposición para empezar mi super rutina pero era más sueño que persona y casí me quedo dormida ahí sentada, lo sé, soy la peor deportista del mundo, erda, pero es que sin balón no funciono, creo que pegaré fotos de balones por toda la casa para ver si así me inspiro porque la vaina está jodida. Peleé, gané mi batalla interna y listo, ¡a empezar pues mamita! La misma rutina de ayer, acabé, terminé de hacer el almuerzo, seguí con la otra rutina, casi que no termino y por fin hice la máquina que me faltaba hacer, una en la que uno se sienta, flexiona y estira los pies, pero de frente y con peso, no sé si me entiendan, en fin, fui feliz, no me dolió tanto porque sí, la mayoría de ejercicios me duelen y MUCHO pero aja, me hago la loca porque, ¿Qué más? Terminé, me serví mi almuerzo, que ya era casi que cena porque eran las 4 p.m, terminé, lavé la cocina, subí el computador, cogí money y salí directa al estadio para solucionar unas cosas con el gerente del equipo, me encontré con Joselín, aprovechó para mostrarme el nuevo gimnacio del equipo, me puso a hacer un ejercicio, ya se estaba emocionando y pues no, ya no daba más, hice casi 5 horas de rutina seguida hoy y no daba más, además que debía ir al supermercado a comprarle unas vainas que me pidió el favor y debía llegar a hacer maleta para mañana, entonces le dije que nos veíamos en la casa y cuando iba caminando buscando un mototaxi, me encontré al DT del equipo o mejor dicho psicólogo, esa es su profesión perdida, pues habló conmigo bastante y me aconsejó en muchas cosas, lo mejor fue un dulce que me dio, fui feliz, ¡pequeños detalles! Después Jose ya iba a la casa, me vió y me pidió las llaves, terminé yéndome con él, llegamos, ya tenía la cuadra llena de tantos clientes esperándolo, cogí la bolsa ecológica para lo que iba a comprar y unos jabones que iba a cambiar, salí, no sé ni en qué momento fui y volví, me ensimismé todo el camino y bueh, llegué, organicé todo y subí, me bañé, las piernas y nalgas me temblaban del cansacio, la caminata me terminó de matar y bueh, me puse la pijama, me acosté, casi me duermo pero no, debía hacer el blog de hoy y ahora debo hacer la maleta, echaré todo lo que no uso, es decir que me quedaran como 2 camisas, 1 short, un jean y ya. Mentira, pero algo así, tengo mucha vaina, sobre todo guayos, cuanto extraño ponérmelos, erda, pero sé que me extrañan mas ellos a mí. Y mientras escribía, Joselín me hizo arepa de choclo y me la subió con un yogurt, y volví a hacer feliz. Ah, por cierto, anoche tuve un ataque cucarachezco, si, así de horrible como suena, me erizo de solo escribirlo, ¡gas!, bajé a comer, marla estaba en mí y cuando voltié, una pinche cucaracha más grande que yo, persiguiéndome por toda la cocina, erda, la odié, no podía gritar ni hacer bulla porque despertaba a Romeo y no aguantaba, así que salí disque corriendo en mute hasta el cuarto, casí me mato en las escaleras porque apague la luz de la cocina a la carrera cuando salí y todo estaba super oscuro, estoy traumada, las odio erda.

En fin, ya a esta hora mañana, estaré en mi casita, con mi familia y mi cabezón, ya quiero verlo y sentirlo brincar encima de mí, se me aguan los ojos de la emoción que me causa al pensarlo, lo amo, solo espero que no esté bravo, porque ese es como un novio, siempre que me voy y vuelvo, dura bravo hasta meses, erda, creo que me le tiraré encima para que no me ignore, lo amo y ahora a hacer maleta y dormir, ojalá pueda dormir, tocará poner 10 mil alarmas más para levantarme mañana, debo estar a las 6 en el terminal, erda, confío en mí.

“No retrocedo vuelvo más fuerte”

 
 
 

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